Fent un passeig per la premsa, he trobat aquest article que m'ha fet pensar, que us sembla a vosaltres?
*Madrid / Oviedo, Agencias / F. G.
En medio de un gran despliegue policial, miles de jóvenes del Movimiento 15 de Mayo se concentraron ayer tarde en la Puerta del Sol al grito de «¡No pasarán!» en respuesta a la decisión de la Junta Electoral de Madrid de prohibir la manifestación de apoyo a la acampada para reclamar cambios políticos y sociales, porque la petición «del voto responsable» de los convocantes «puede afectar a la campaña electoral y a la libertad de los ciudadanos al ejercicio del voto».
La junta se refiere con esta expresión al hecho de que los manifestantes pidan que no se vote al PP, al PSOE y a CiU o que se cambie la ley Electoral y además critiquen abiertamente a varios líderes políticos que concurren a los comicios del próximo domingo. Los magistrados Jesús Ángel Guijarro López, Ángel Sánchez Franco y José Manuel Arias Rodríguez, junto a los juristas Manuel Herrera Espiñeira y Elena de Arce sostienen que no concurren «causas extraordinarias y graves que justifiquen la urgencia de la convocatoria» para la que no se han respetado los plazos legales.
La orden de intervención policial depende de la Delegación del Gobierno, a la espera de lo que hoy decida la Junta Electoral Central, que tiene sobre la mesa una consulta de la Generalitat para saber si debe desalojar este sábado a los concentrados en Barcelona. La JEC fijará el criterio para todas las provincias, después de que en Baleares y Valencia no se prohibiera la protesta y en Granada, Almería y Sevilla sí.
La prohibición de la junta madrileña fue duramente criticada por IU y los nacionalistas, que acusaron al PP y al PSOE de estar detrás. El partido del Gobierno se apresuró a desmarcarse de la decisión y a trasladar el acto de fin de campaña, que mañana protagonizará Zapatero, desde la vecina plaza Mayor madrileña al recinto del Ifema.
Dirigentes populares creen que hay nervios entre los socialistas y admiten que este movimiento debe abrir una reflexión sobre cambios en el sistema, aunque apelan a la prudencia porque desconocen el alcance del mismo. El miedo a que las protestas de los «indignados» lleve a los votantes a quedarse en casa atenaza a los partidos. El PSOE dice que «respeta y entiende el movimiento pacífico», José Blanco pide a los electores de Democracia Real Ya que castiguen en las urnas a quienes «compartieron mesa y mantel con los apóstoles de la codicia y la especulación» y José Bono los llama «buena gente». En cambio, el secretario de Estado José Manuel Campa replica a los contestatarios, a los que Valeriano Gómez se ve cercano, que los dolorosos ajustes mejorarán la situación para diez o veinte años mientras.
Desde el PP, Mariano Rajoy entiende «perfectamente» las protestas cuando hay un 45% de jóvenes que no pueden trabajar y reconoce que los partidos no aciertan siempre. Soraya Sáenz de Santamaría muestra su respeto y compresión y pide que tengan en cuenta que su partido supo crear empleo. Esperanza Aguirre justifica la indignación y cree que la izquierda intenta manipular el movimiento en contra de los populares. En nombre de IU, Cayo Lara dice que la protesta va a ayudar a «cambiar la historia».
Los concentrados en la Puerta del Sol anunciaron una manifestación para la jornada de reflexión y han asegurado que la acampada seguirá el día de las elecciones y que si los echan, volverán. «¡No nos vamos!», «¡No nos representan!», «¡El pueblo, unido, jamás será vencido!», «¡PSOE, PP, la misma mierda es!», «¡Lo llaman democracia y no lo es!» y «¡Esta crisis no la pagamos!» fueron las consignas más coreadas ayer.
Un portavoz llamó a llevar «la revolución» a «todas las plazas de España» mientras los miles de asistentes aclamaron una pancarta con el lema «No somos antisistema». La tensión estuvo a punto de desbordarse cuando un grupo se unió a la protesta con banderas españolas. Tras un sonoro abucheo, la gente gritó «¡No queremos banderas!», a la vez que se coreaban frases contra la Monarquía y a favor de la República.
En medio de un gran despliegue policial, miles de jóvenes del Movimiento 15 de Mayo se concentraron ayer tarde en la Puerta del Sol al grito de «¡No pasarán!» en respuesta a la decisión de la Junta Electoral de Madrid de prohibir la manifestación de apoyo a la acampada para reclamar cambios políticos y sociales, porque la petición «del voto responsable» de los convocantes «puede afectar a la campaña electoral y a la libertad de los ciudadanos al ejercicio del voto».
La junta se refiere con esta expresión al hecho de que los manifestantes pidan que no se vote al PP, al PSOE y a CiU o que se cambie la ley Electoral y además critiquen abiertamente a varios líderes políticos que concurren a los comicios del próximo domingo. Los magistrados Jesús Ángel Guijarro López, Ángel Sánchez Franco y José Manuel Arias Rodríguez, junto a los juristas Manuel Herrera Espiñeira y Elena de Arce sostienen que no concurren «causas extraordinarias y graves que justifiquen la urgencia de la convocatoria» para la que no se han respetado los plazos legales.
La orden de intervención policial depende de la Delegación del Gobierno, a la espera de lo que hoy decida la Junta Electoral Central, que tiene sobre la mesa una consulta de la Generalitat para saber si debe desalojar este sábado a los concentrados en Barcelona. La JEC fijará el criterio para todas las provincias, después de que en Baleares y Valencia no se prohibiera la protesta y en Granada, Almería y Sevilla sí.
La prohibición de la junta madrileña fue duramente criticada por IU y los nacionalistas, que acusaron al PP y al PSOE de estar detrás. El partido del Gobierno se apresuró a desmarcarse de la decisión y a trasladar el acto de fin de campaña, que mañana protagonizará Zapatero, desde la vecina plaza Mayor madrileña al recinto del Ifema.
Dirigentes populares creen que hay nervios entre los socialistas y admiten que este movimiento debe abrir una reflexión sobre cambios en el sistema, aunque apelan a la prudencia porque desconocen el alcance del mismo. El miedo a que las protestas de los «indignados» lleve a los votantes a quedarse en casa atenaza a los partidos. El PSOE dice que «respeta y entiende el movimiento pacífico», José Blanco pide a los electores de Democracia Real Ya que castiguen en las urnas a quienes «compartieron mesa y mantel con los apóstoles de la codicia y la especulación» y José Bono los llama «buena gente». En cambio, el secretario de Estado José Manuel Campa replica a los contestatarios, a los que Valeriano Gómez se ve cercano, que los dolorosos ajustes mejorarán la situación para diez o veinte años mientras.
Desde el PP, Mariano Rajoy entiende «perfectamente» las protestas cuando hay un 45% de jóvenes que no pueden trabajar y reconoce que los partidos no aciertan siempre. Soraya Sáenz de Santamaría muestra su respeto y compresión y pide que tengan en cuenta que su partido supo crear empleo. Esperanza Aguirre justifica la indignación y cree que la izquierda intenta manipular el movimiento en contra de los populares. En nombre de IU, Cayo Lara dice que la protesta va a ayudar a «cambiar la historia».
Los concentrados en la Puerta del Sol anunciaron una manifestación para la jornada de reflexión y han asegurado que la acampada seguirá el día de las elecciones y que si los echan, volverán. «¡No nos vamos!», «¡No nos representan!», «¡El pueblo, unido, jamás será vencido!», «¡PSOE, PP, la misma mierda es!», «¡Lo llaman democracia y no lo es!» y «¡Esta crisis no la pagamos!» fueron las consignas más coreadas ayer.
Un portavoz llamó a llevar «la revolución» a «todas las plazas de España» mientras los miles de asistentes aclamaron una pancarta con el lema «No somos antisistema». La tensión estuvo a punto de desbordarse cuando un grupo se unió a la protesta con banderas españolas. Tras un sonoro abucheo, la gente gritó «¡No queremos banderas!», a la vez que se coreaban frases contra la Monarquía y a favor de la República.
*EXTRET DE Ine.es
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